jueves, 14 de junio de 2012

¿Cuánto les importa a los políticos la opinión pública sobre el Estado de Bienestar? I


Una cuestión central de las democracias actuales es la que tiene que ver con si las instituciones políticas democráticas proporcionan incentivos para que las elites incorporen las preferencias del electorado. La manera y alcance en que la opinión pública influye en las políticas públicas ha atraido la atención de politólogos y sociólogos al menos desde los años 50 del siglo XX. Hoy existe suficiente evidencia para poder afirmar que la opinión pública sí importa cuando se diseñan o reforman las políticas, pero su relevancia puede variar en función de diferentes factores, como por ejemplo, del sector de políticas de que se trate. En la actualidad, sabemos que las políticas sociales constituyen un sector donde la opinión pública influye de manera intensa frente a otros menos visibles para la ciudadanía.

Tal relación entre opinión pública y políticas públicas se hace especialmente interesante alrededor de las reformas y recortes del Estado de Bienestar. Tras estudiar las reformas ocurridas en Reino Unido y Estados Unidos en los años 80, Paul Pierson aseguró que una de las razones por las que el recorte del Estado de Bienestar en estos países no había sido tan acusado como anticipaba la agresividad de los discursos contra el tamaño del Estado de M. Thatcher y R. Reagan, fue precisamente el apoyo de la opinión pública a las políticas sociales. 

Un decidido apoyo de la ciudadanía a estas políticas, incluso en Reino Unido y Estados Unidos, países que acostumbran a ponerse como ejemplo de un cultura política menos proclive a la intervención del Estado, hace, en principio, improbables los recortes, al menos los de tipo radical. Los gobernantes temerosos de no revalidar sus resultados electorales no se atreven a proponerlos o se ven obligados a negociar sus paquetes de reforma, lo que finalmente acaba rebajando sus pretensiones de recorte y haciendo que los responsables públicos prefieran asear las políticas existentes antes que experimentar con nuevos programas. En este sentido, la opinión pública es un contrapeso de los cambios abruptos en las políticas. 

Sin embargo, más recientemente se ha demostrado que, contrariamente a lo ocurrido en los años 80, a partir de la segunda mitad de los 90, numerosos gobiernos pusieron en marcha iniciativas de reforma de las políticas sociales. Igualmente, en la actualidad, sumidos en una gravísima crisis financiera, los gobiernos han comenzado a recortar abiertamente programas públicos que solo hace unos años parecían sagrados, como la sanidad, las pensiones o la educación. ¿Qué está ocurriendo? ¿Por qué los responsables públicos se han decidido a aplicar recortes en contra de sus interés principal que es el mantenerse en el gobierno? ¿Confian los políticos en convencer a los ciudadanos de que los recortes son necesarios? o ¿Es que los políticos realmente no tienen interés en lo que opinen los ciudadanos? 

Lo más llamativo, es que frente a lo que se esperaba, los ciudadanos no siempre han reaccionado a los recortes con el castigo electoral  ¿Es que que los ciudadanos ya no apoyan el Estado de Bienestar? Vayamos por partes... próximamente....


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